13 dic 2010

Centro del universo.

Seguramente alguna vez te preguntaron si eras el centro del mundo.
Y también con seguridad respondiste “No…por supuesto que no”.

Y claro…la vida, la sociedad, la gente, nuestra familia, nos fueron insertando los pensamientos de que tenemos que ser más humildes y no pensar solo en nosotros mismos, de que no debemos creer que todo gira a nuestro alrededor, de que no somos el centro del universo.

Bien. Estaría perfecto que no pensáramos en nosotros mismos si hubiera alguien que desarrolle esa tarea en nuestro lugar.
¿Alguien piensa en tu bienestar y trabaja para conseguirlo?
Ahá…no…y si nadie entonces se mueve por vos ¿Cómo se supone que vas a alcanzar las metas con las que soñás?
Capo…nadie te da nada. Desde el oro hasta la experiencia, todo lo que desees tener deberás ir y tomarlo vos mismo. Y para lograr eso tenemos que estar en plena sintonía con nosotros ; queriéndonos, respetándonos y sobre todo teniéndonos en mente como primer lugar.
Las personas exitosas son aquellas que “casualmente” tuvieron siempre la “mala costumbre” de pensar en ellos mismos.

No todo gira alrededor tuyo. Ok…¿Y alrededor de qé gira?
Da un giro de 360 grados sobre tu propio eje y fijate alrededor de quien giran todas las cosas.
Ah….¿viste? Giran alrededor tuyo boludito.
Entonces no se trata de soberbia. Se trata de realidad.

Todas las cosas giran alrededor de cada uno. Cuando alguien te vuelva a decir eso decile “sí, todo gira en torno a mí. Y si te fijás bien para vos es lo mismo…todo gira en torno a vos”.
Dejemos de restarnos importancia. Somos lo más importante que hay. Que nadie intente convencernos de lo contrario.

Y con respecto a si nos creemos el centro de universo…a ver…
El universo supuestamente es infinito. No se sabe ni donde empieza ni donde termina.
Por lo tanto para asegurar que vos no sos el centro deberíamos tener la certeza de que el centro es otro. Tal vez una lejana estrella, o el árbol de la esquina. Pero obviamente no la tenemos.

Parate una noche en el medio del campo, mirá para todos lados que te sea posible y vas a ver que en todas las direcciones existe la misma distancia infinita. Por lo tanto VOS sos el centro.
Sí. Así de simple. Vos sos el centro de tu universo. Y yo el del mío.
Actuemos como tales. Como “centros del universo” que somos y a mucha honra.
Aunque los seguidores de la cultura de la disminución humana te quieran convencer de que sos un ser insignificante.

Cuando alguien te vuelva a decir “¿Vos te crees que sos el centro del universo?” una buena respuesta podría ser: “Por supuesto, a menos que me demuestres lo contrario”.

Es tuyo por derecho.

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